El Establecimiento «La Otilia» de la localidad de Susana es el primero en certificar un protocolo de cumplimiento de bienestar animal. Los alcances de una inversión que permite marcar la diferencia del producto final.

Desde que en aquel lejano 2011 la Empresa Integrada Agropecuaria de Rafaela decidió apostar por la lechería, supo que lo haría de una manera superadora. Por eso, en el establecimiento «La Otilia», radicado en la localidad de Susana, buscaron la manera de diferenciarse. El tambo, emplazado sobre 240 has 100% arrendadas, mantiene una producción de 11.000 litros diarios. «Desde el inicio decidimos darle relevancia al tema del Bienestar Animal porque estamos convencidos que son inversiones que se amortizan solas, porque las vacas lo devuelven», le confiesa a Campolitoral el Ing. Agr. Joaquín Alquatti, referente técnico de la empresa. «Somos nuevos en la lechería», agrega.

El sistema de producción implementado es un Dry lot, donde los animales están encerrados a cielo abierto, y son alimentados con concentrados a través de un mixer. «Eso nos ayuda a colaborar con la productividad, que se logra con 3 ordeñes diarios (cada 8 horas exactas). Gracias a eso, tienen un arreglo con la usina por la calidad del producto. «No vendemos líquidos, sino sólidos, y tenemos que cumplir parámetros de calidad de proteína y células somáticas por la calidad composicional de la leche», sostiene.

Además, Alquatti afirma que en algún momento este sistema va a ser obligatorio, «y creemos en una leche diferencial: manejamos un sistema de biodigestores para el recupero de nutrientes y vamos por esa línea, porque si bien no es obligatorio, son inversiones que se amortizan solas, llegado el momento si se empieza a exigir, ya tendremos la experiencia de haberlo hecho».

Picar en punta. Desde Aprocal y «La Otilia» marcan el camino de lo que se viene.

 

Cronología del bien

Si bien la vienen implementando desde el inicio, la iniciativa arranca «en serio» recién en 2019. «Ya lo veníamos trabajando, pero al conocer a Mario Sirvén (Ex titular de APROCAL), realicé un curso sobre ese tema, y desde ese entonces fuimos implementando algunas recomendaciones. En 2022 nos propusieron hacer la evaluación oficial, y como estábamos confiados en nuestro trabajo aceptamos el desafío: una visita de los evaluadores donde se miraron todos los puntos del protocolo».

Alquatti recuerda que tenían que mejorar 3 puntos en menos de 45 días, aunque en el medio, recibieron una capacitación al personal, ya que debían mejorar algunos procesos, sobre todo el tiempo de las vacas en el brete. Ya en la segunda auditoría, se controlaron esos ítems y lo lograron satisfactoriamente.

Otro de los aspectos era la salida de los animales del tambo, que si bien no estaba mal, debía mejorar. «Cuando ellos vinieron había llovido, y eso nos puso a prueba: las vacas estaban como rompiendo la salida, y lo marcaron para mejorar. Lo otro fue la ventilación del corral de espera, porque teníamos tres ventiladores y aspersores, pero nos recomendaron agregar 2 ventiladores más para mejorar los metros por segundo, y mejoramos el tiempo de refrescado de las vacas».

El colchón del bienestar

La sequía está haciendo desastres en la zona, pero las inversiones realizadas en este sentido les permiten sobrellevar la crisis de otra manera. «Hicimos una inversión en reservas, por lo que, si bien estamos ajustando, vamos a pasar este año no tan críticos como el resto. Los maíces de primera sembrados acá se perdieron, y 120 has de arveja también se perdieron, pero ajustando las cantidades vamos a llegar bien al próximo picado».

En cuanto a las devoluciones de estas inversiones, si bien no se puede cuantificar, mucho tienen que ver con poder mantener los 30 litros de promedio en esta época estival.

Básicamente, las inversiones realizadas en infraestructura son medias sombras móviles, una plantación de 230 árboles para tener sombra natural, 5 ventiladores, sistemas de aspersión, para mejorar el flujo de las vacas con las medidas recomendadas por Aprocal.

Bienestar transversal

Roberto Albergucci es actualmente el presidente de la Asociación Pro Calidad de la Leche y sus derivados (APROCAL). En diálogo con Campolitoral, remarcó que esto «es un la cereza del postre» de un trabajo que se viene haciendo de hace muchos años a través de la comisión de bienestar animal, de poder implementar un protocolo en vacas lecheras.

Y reconoció que arrancó años atrás con Mario Sirvén a la cabeza, con la adaptación al medio local de un protocolo europeo de bienestar animal. «Nos pusimos a trabajar con especialistas de Argentina, Chile y Uruguay y logramos unificar este protocolo para lograr datos que permitan medir de manera confiable y que sea representativo de la realidad que refleja para ver en qué grado de bienestar o de estrés están las vacas en un rodeo lechero». Y desde el año pasado cuentan con una carta aval de la Universidad de Barcelona que es un respaldo al trabajo del sello de bienestar que lograron.

Según Albergucci, el bienestar es algo transversal a todos los rodeos. Que se determina a través de un protocolo que se basa en tres indicadores, algunos tienen que ver con las instalaciones de ordeño y otros con indicadores del comportamiento y de la salud animal, tales como la condición corporal, las características de locomoción, etc.

«Estos indicadores van dando cuenta de qué tan bien están los animales. El protocolo es versátil para cada sistema de producción, se adapta a nuestros sistemas heterogéneos de producción, incluso mezclados entre sí, ya sea Cama de Compost, Free Stall, Tambo Pastoril, o incluso sistemas mixtos, que los hay. El protocolo se basa mucho en lo que los animales nos dicen respecto a cómo están», asegura.

 

Capacitación constante. La clave para lograr el éxito del todo un equipo.

 

Mejoras de todo tipo

Además, afirma que estas mejoras se perciben a diario, a través de diferentes tipos de superaciones de corto, mediano, largo plazo; y otras que a veces uno ni se imagina.

«Cada vez está mas demostrado que el bienestar animal es transversal a la productividad de los rodeos, porque si una vaca no está bien no expresa todo su potencial genético. Es sabida la calidad genética de numerosos rodeos en la Argentina. También está claro que cuando sabemos dar de comer la producción aparece. Y también nos dimos cuenta que si la vaca no está bien, esa expresión genética no siempre se da en su máximo potencial».

Esto es en cuanto al nivel del impacto directo en la productividad, pero después está todo lo que tiene que ver con la salud. «Hoy en día se habla mucho de la bio seguridad y de mantener lo rodeos sanos, y el bienestar animal es un factor clave para mantener tanto su sanidad como así también su sustentabilidad. Poder mantener vacas más longevas también tiene que ver con esto».

Por último, hay cosas que tienen que ver con el manejo de los animales, que permiten reducir el número de accidentes, y en reducir los tiempos de ordeño. «Esto es algo fundamental por muchos factores: la vaca pierde menos tiempo en la sala de ordeño, que es tiempo que se le resta al descanso o la alimentación. Sobre todo, cuando las tareas del tambo son cada vez más complejas, cada vez demandan más tiempo, y más calidad de gente; hasta un ahorro importante en la boleta de la energía eléctrica. Cosas que por ahí uno no las tiene tan presente, pero termina repercutiendo en muchos lugares», asegura.

¿Cómo estamos en el país?

Consultado sobre la situación en Argentina a nivel promedio, opina que estamos en un término medio, aunque avanzando y creciendo. «Es un tema que cada vez tiene más importancia entre los productores, no solo los grandes, sino a nivel medio». En este sentido, explica que el tema central en Argentina es el estrés calórico, que ocupa varios meses, desde septiembre hasta marzo o abril en algunas zonas.

A raíz de eso, «el estrés es el que más nos pega la cachetada en ese sentido: a nivel sanitario, productivo y reproductivo. Y esto lleva a mejorar el estado de los rodeos. Las encuestas de INTA nos hablan de bastantes falencias a la hora de incorporar aspersores, ventiladores o medias sombras en nuestros tambos».

Igualmente, sostiene que en función de los desafíos que se vienen, aparte de ser un tema ético, es un tema productivista, y una cuestión de competitividad. «Si bien la pandemia ha desvirtuado algunos comportamientos a nivel poblacional, la proteína va a seguir siendo demandada a nivel global, y nosotros tenemos grandes oportunidades. Podemos producirla, estamos al alcance, pero que no nos dé lo mismo producirla de cualquier manera; por eso trabajar en términos de sustentabilidad ambiental y bienestar animal presentan una oportunidad clara de producir leche de una manera clara que nos perita hablar con los mercados. En esto, la capacitación es fundamental, porque hay cosas de bajo costo y alto impacto, sobre todo saber bien cómo funcionan las vacas».

Calor y bienestar

Cada año, las elevadas temperaturas del verano plantean el desafío de realizar un manejo adecuado para minimizar el impacto en las diversas actividades productivas. Frente a este contexto, desde el INTA brindan una serie de recomendaciones para reducir el riesgo por estrés calórico en el ganado lechero. Entre las pautas de manejo se destacan contar con sombras artificiales en los corrales de espera, así como en los potreros. En paralelo, es importante realizar un proceso de enfriamiento del animal.

4 décadas de mejoras

Este 2023 Aprocal cumple 40 años de trayectoria. Y tiene mucho para seguir ofreciendo. «Hoy contamos con una estructura profesional ad honorem, y con las comisiones técnicas que avanzan elaborando información, y la constante investigación. Nos movemos gracias a los socios protectores, las empresas que nos dan una mano y a quienes agradecemos el apoyo», afirma Albergucci.

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