El Canciller Jorge Faurie, ratificó la existencia del “principio precautorio” en el capítulo ambiental. Pero -aclaró- para ser usado “sobre bases científicas”. La huella ambiental de productos nacionales tampoco sería una amenaza.
Las regulaciones ambientales europeas no debieran tener incidencia en las futuras exportaciones de la agroindustria argentina hacia el viejo continente, sostuvo el Ministro de Relaciones Exteriores argentino, Jorge Faurie, durante su estadía en la ciudad de Santa Fe. También consideró que la incidencia del agro nacional sobre el proceso de cambio climático es mínima y no podría ser usado como barrera comercial.
El Canciller visitó el martes 15 de octubre la capital provincial para compartir, en la Bolsa de Comercio local, un desayuno con empresarios y dirigentes locales ante quienes brindó detalles del acuerdo comercial firmado entre el Mercosur y la Unión Europea.
Tras una consulta de Campolitoral, el funcionario aclaró que el “principio precautorio” que se incluyó en el capítulo ambiental es “sobre bases científicas”. Así respondió al interrogante acerca de la posibilidad de que este concepto pueda entorpecer el envío de productos sudamericanos sospechados de se amenazantes para la salud humana. Se trata de un argumento que en las discusiones sobre agroquímicos, por ejemplo, se utiliza para establecer prohibiciones ante la sospecha de un perjuicio sin necesidad de pruebas técnicas que lo confirmen.
De ta modo, indicó que algún hipotético cuestionamiento sobre un producto local debería saldarse en el plano científico. “La normativa que tiene el acuerdo UE-Mercosur tiene un capítulo ambiental para los productos que están incluidos, así como se incluyen con claridad para productos industriales las reglas de origen; eso es lo que nos comprometimos a cumplir”, dijo. Y explicó: “la preocupación podría ser que alguien en Europa diga ‘ese producto que viene del campo en Santa Fe puede tener tal cosa’, pues demuéstremelo con principios científicos y entonces tiene derecho a decir que puede ser dañino”.
Faurie diferenció esta cuestión con las que se debaten en Naciones Unidas sobre cambio climático. “No confundamos los temas de la COP21 y de la que vienen con esto”, dijo sobre la incidencia de las huellas ambientales (carbono, hídrica) en los productos nacionales. “Argentina ha tomado el compromiso de llegar a una huella de carbono cero en 2050 y hoy somos un país que impacta en el 0,7 en la huella de carbono internacional; no estamos flojos en este tema, al contrario: podríamos exigir a gran parte del mundo este tema”.
Sobre la carne argentina, uno de los productos que más avanzó durante los últimos años en el comercio internacional, indicó que “se produce con mecanismos ambientales extremadamente naturales, nuestros pastos no son contaminantes, nuestras carnes no contienen OGM”.
El diplomático precisó que el acuerdo se encuentra en etapa de cohesión legal, para que se valides jurídica en ambos bloques. Luego deberá traducirse al idioma de todos los países involucrados, antes de pasar a la instancia de aprobación de los parlamentos. En tal sentido aclaró que en Europa el parlamento comunitario se encargará de los aspectos económicos y comerciales, mientras que el resto de los temas -institucionales, medio ambiente, protección de derechos laborales, etc- será potestad de las legislaturas nacionales. “Ellos ya tienen una gran gimnasia y calculamos que hacia fines del año que viene estaría terminada la etapa y en algún momento de 2021 sería el momento cero de inicio”.
El acuerdo prevé que todos los productos que se comercian entre ambos bloques tendrán una rebaja arancelaria gradual, además de eliminar barreras y generar cupos para algunos bienes o determinar condiciones sanitarias o denominaciones de origen. Algunos casos la desgravación es automática y total, como el caso de la carne de Cuota Hilton, regirán desde el momento que el acuerdo comience a regir. “En otros se hace una escalera descendente, que para los productos de Mercosur llega prácticamente a cero (arancel) entre el momento inicial y los 5 años; mientras que los productos de UE empiezan a tener su escala descendente a partir del año 6 hasta el año 15”, precisó el Canciller. También recordó que hay mecanismos de salvaguarda ante impactos negativos sobre un determinado sector productivo. “Yo confío en que en el momento de la aprobación parlamentaria las provincias van a luchar para que su producto pueda tener esa preferencia arancelaria, porque le conviene”.
Realzó además la importancia del acuerdo para el país, porque “nos obliga a mejorar nuestra competitividad y productividad, pero sabiendo que haciéndolo tenemos ese mercado asegurado”.
Sobre las sospechas de ocultamiento de los términos y condiciones del acuerdo que actores de la oposición han manifestado, como el caso del candidato a presidente Alberto Fernández en el reciente debate presidencial, Faurie fue concreto: “está publicado; si por alguna razón no logran encontrarlo en todos los sitios argentinos también está en los europeos”. Y remarcó: “la Unión Europea publica absolutamente todo lo que está negociado, no hay un capítulo escondido; basta sentarse y leer”.