Fuente: El Campo Hoy / Cadena 3
El especialista de INTA analizó el cambiante escenario global, y adelantó las claves para planificar la campaña en base a lo que nos depara un clima cada vez más desafiante.
En el marco de San Francisco Expone, la Cooperativa Agrícola Ganadera y de Consumo de Freyre organizó un ciclo de charlas denominado «Herramientas para potenciar tus decisiones: desafíos y oportunidades en un contexto de cambio». En ese escenario, Federico Zapata habló de política, Emilce Terré de precios de granos y mercados, y el Ing. Pablo Mércuri analizó el clima.
En diálogo con El Campo Hoy, el especialista de INTA Castelar reconoció que el clima continúa siendo un desafío, tal como ocurrió en las últimas cinco campañas.
Ya sea Niño o Niña el fenómeno que prevalezca, las lluvias de primavera se atrasan, y comenzamos la época de siembra con baja disponibilidad de agua, tanto sea en el horizonte superficial como en profundidad sin agua en reservas en el perfil del suelo.
Mércuri admitió que hay chances (en el corto plazo) de un evento de lluvia que permita paliar un poco la situación, «pero lamentablemente la tendencia de primavera es que tengamos lluvias entre lo normal (porque va a variar acorde a cada zona) y por debajo de lo normal».
Es más, explicó que la tendencia es que «cuando veamos el acumulado de primavera nos llovió menos y con lluvias espaciadas muchos días. Entonces es preocupante la situación en el corto plazo, aunque en el mediano plazo mejora la situación. De hecho, no hay ningún modelo hoy que indique que durante el verano tengamos una perspectiva deficitaria».
Según el Ingeniero en Producción Agropecuaria y Director de Investigaciones y de Recursos Naturales de INTA, «a veces tenemos la memoria de corto plazo y medimos nuestros criterios en base a los últimos meses. Pero para esta Niña hoy los modelos indican que sería un fenómeno de corta duración, y que hacia diciembre/enero no habría ningún efecto oceánico que influya sobre la circulación atmosférica y la distribución de lluvias en nuestro territorio».
Lo esperable para esta primavera es que lamentablemente en la época de siembra, estaremos restringidos en la oferta de lluvia de agua; y que eso se regularice a medida que transcurre el verano.
A medir el agua
Para las decisiones de siembra aconseja medir el agua que tengo en el perfil; si hay agua en profundidad y el horizonte superficial lo puede satisfacer el requerimiento de agua de una lluvia. «Ver qué ocurre en el corto plazo en los próximos cinco o siete días, pero es muy importante en estas condiciones restrictivas, ver de cuánta agua dispongo para que tenga una buena implantación el cultivo y un y un buen crecimiento inicial. Eso es clave para poder llegar mejor al verano».
El calor aumenta a nivel global
La estructura de la charla pasó por no solo brindarles qué pasa; cuál es la perspectiva climática de los próximos meses y de los próximos días del corto plazo; sino también en qué condiciones estamos produciendo.
Y justamente,
estamos produciendo en un contexto de un planeta y de un área continental de nuestro país más caliente de lo normal. Estamos ya con temperaturas medias superiores a lo normal con más frecuencias de olas de calor.
Efecto soplete
«Este efecto soplete que le llaman a veces en la jerga, cuando a los productores le vienen muchos días de calor con viento norte seco. Y entonces la evapotranspiración que sufren los cultivos, al estar produciendo con un clima que nos lleva a extremos. Con lluvias que están concentradas en menos cantidad de días (muchos milímetros esos días), entonces el agua muchas veces escurre».
«Como ocurrió en muchas localidades de Córdoba todo este invierno, y comienzan las lluvias de primavera agronómicamente significativas pero muy tarde. Recién en octubre/noviembre de cada año. Al menos este fue el patrón de los últimos cinco años».