Maíces de primera y girasol no pudieron avanzar en la zona por los escasos milimetrajes, que no alcanzaron a recomponer del déficit hídrico en el suelo. Sí progresaron en los departamentos del norte, que tuvieron mejor suerte durante las últimas precipitaciones. El trigo también siguió condicionado por esta realidad.
Las siembras de maíz de primera y girasol permanecieron detenidas en la franja central de la provincia, donde -a diferencia del norte y sur santafesino- las últimas lluvias dejaron escasos milímetros, indicó en su reporte semanal el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
Por su parte, los trigales también estuvieron determinados por esta circunstancia, con una evolución favorable en los departamentos donde hubo buenas precipitaciones y continuidad de las afectaciones por escasez de humedad edáfica donde no hubo aportes hídricos.
El relevamiento SEA detalló que la región norte de la provincia de Santa Fe (departamentos Nueve de Julio, Vera, General Obligado y San Javier) se registraron montos pluviométricos que oscilaron desde mínimos de 15 – 20 mm a máximos de 55 – 60 mm. En el resto, parte centro sur, los registros fueron inferiores, alcanzándose mínimos de 01 a 08 mm y máximos de 15 – 18 mm.
«Dicha realidad climática permitió que en el sector más favorecido por las lluvias se restableciera el proceso de siembra de girasol (que ya cubrió más de 66.000 hectáreas, el 50% de lo proyectado) o maíz temprano y continuó favoreciendo la germinación, emergencia o desarrollo de los cultivares», sostiene el informe. En cambio, en el resto del área «el proceso de siembra siguió detenido ante la escasa a nula disponibilidad de agua útil en la cama de siembra y bajos o escasos milímetros caídos».
Respecto del estado de los trigos, «los sembradíos mantuvieron sus estados buenos y muy buenos, según sus distintas etapas fenológicas. Pero, distinta fue la realidad en el resto del centro norte santafesino, donde la falta de humedad por ausencia de lluvias prosiguió impactando a los cultivares en su evolución».
La disponibilidad de agua útil en los primeros 20 cm de los suelos, en los 12 departamentos bajo monitoreo, es desde buena a regular en localidades puntuales y de escasa a nula en otras, como consecuencia de la distribución heterogénea e irregular, de algunas precipitaciones registradas. Mientras continúa sin recuperarse la humedad en la cama de siembra, por falta de precipitaciones, principalmente en el centro y sur del SEA.
Trigos buenos y malos
Como consecuencia de las precipitaciones de las semanas anteriores y de las nuevas, que se registraron particularmente en el norte y este del SEA, los trigales continuaron el normal desarrollo de los distintos estadios fenológicos de cada lote, preemergencia floral o floración.
En el resto del área de estudio, las escasas a nulas lluvias, no revirtieron lo que se había observado anteriormente, distintas parcelas con plantas de diferente coloración en las hojas, escasa altura y variado volumen de macollaje, síntomas e indicadores de la ausencia de agua útil en los primeros cm de los suelos, particularmente en los últimos sembradíos, los de variedades de ciclo corto y también los de ciclo largo, en etapa de floración.
El 80 % de los cultivares se encontraron en estado bueno a muy bueno, también lotes excelentes, un 15 % regular y un 5 % regular a malo. Hasta la fecha, no se detectaron plagas, ni enfermedades de importancia en los trigales.
Maíces tardíos
Hasta la fecha, el grado de progreso de la cosecha del maíz tardío fue del 95 %, con un adelanto semanal de 5 y un retraso de 4 puntos, comparado con la campaña anterior. Con irregulares condiciones ambientales en el período, la trilla avanzó un par de días, condicionada por la inestabilidad climática según las diferentes zonas geográficas de cada lote, en todo el ámbito del SEA.
Los rendimientos promedios obtenidos oscilaron desde mínimos de 7 – 9 qq/ha a máximos de 30 – 45 qq/ha, con algunos sembradíos puntuales que alcanzaron los 50 a 75 qq/ha, sin variaciones significativas.
Los valores fueron muy heterogéneos, siempre en relación con los montos de las precipitaciones acumulados y particularmente, los lotes sembrados en primera instancia lograron los mejores resultados.
