Luego de realizar la primera cosecha de pacúes desde jaulas flotantes, apuntan a consolidar una actividad con nulo impacto ambiental; enormes potencialdades para pescadores y emprendedores; y una demanda global ilimitada.

«Este tipo de producciones utilizando ambientes naturales es una nueva alternativa para disminuir la presión sobre nuestro recurso ictícola», afirma Eliana Eberle, doctora en Ciencias Biológicas y especializada en producción piscícola. «Esta actividad se realiza durante el verano, justamente en los momentos en que rige la veda. Por lo tanto, es una gran apuesta para que haya recurso ictícola sostenible utilizando nuestros ambientes naturales», agrega.

Dentro de la Granja Piscícola de San Javier perteneciente al Ministerio de la Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia, se han obtenido nuevos juveniles durante las primeras altas temperaturas de la primavera y el verano, y hoy en día ya cuentan con las primeras larvas de esta jornada de verano y de esta primera gestión de este equipo de trabajo.

Según Eberle, el pacú (que es la especie que hoy en día están cosechando en Reconquista y que tanto éxito tiene en las reproducciones in vitro), es un pescado que desde los años 60 ha disminuido gradualmente su población, y está casi extinto localmente. «Es una especie que se lo encontraba tanto en el Río Uruguay, en todo el río Paraná y en el Río de la Plata. Y hoy en día solo lo tenemos restringido a la zona norte del alto Paraná. Por lo tanto, justamente, apostar a una producción de un pez nativo incentiva a la protección del mismo».

Resultados alentadores

El proyecto nació dentro del Ministerio hace varios años, pero ahora apuntan a revitalizarlo mediante la producción en jaulas flotantes en el cauce, que era algo que no se estaba haciendo. «Obtuvimos un muy buen pescado con poca grasa, que estuvo sometido a la corriente, por lo tanto la convertibilidad en carne fue muy superior a uno criado en estanque o de jaulas en otros ambientes, lagunas o cauces más pequeños, por ejemplo», asegura. «En 3 meses logramos un pescado del tamaño plato, que es el que el mercado busca en general. En esta oportunidad los peces sobrevivieron el invierno y hoy llegan a cosecha».

En los centros que trabaja Santa Fe también hay experiencias con sábalos y bagres, pero el pacú es el fuerte del programa. Si bien hoy no es factible, lo hacen con la idea a futuro que la Provincia pueda proveer de alevines a los interesados, y poder así hacer el ciclo completo de reproducción: cría de juveniles hasta llevarlos en la granja a un peso de 150 gramos para entregarlos a los productores que hagan la recría y engorde final en este sistema de jaulas flotantes o semi intensivos en estanques en tierra.

«Obtuvimos un muy buen pescado con poca grasa, que estuvo sometido a la corriente, por lo tanto la convertibilidad en carne fue muy superior a uno criado en estanque o de jaulas en otros ambientes, lagunas o cauces más pequeños, por ejemplo»

Costo beneficio

En la mirada de la especialista, en esta actividad se requiere una menor inversión en el suelo e instalaciones en relación a la demanda de otras producciones agrícolas, independientemente del sistema elegido. Además, tiene una mejor convertibilidad de alimentos, ya que para producir un kilo de pescado se necesita entre 1 a 1,8 kg. de granos. Ningún otro tipo de producción animal terrestre (vacuno, ovino, porcino o avícola) genera tantas toneladas de carne en tan pequeña superficie, como el cultivo de peces en sistemas controlados.

De allí que resulta una efectiva aliada para aumentar la productividad y aprovechar áreas no explotadas. Así, algunas de las posibilidades para maximizar los resultados son la explotación de lagunas y sectores de campos inundados, o bien la utilización de tanques australianos en una superficie en desuso del campo. Además, sirve para ordenar los procesos de comercialización de los productos de pesca, sean de origen extractivo o de cultivo.

Piscicultura de Santa Fe

Según manifiesta Eberle, el sector agroalimentario de la provincia presenta un enorme potencial para crecer y agregar valor; para lo cual, herramientas y procedimientos eficaces deben ponerse en marcha. «Los últimos avances en producción piscícola en jaulas suspendidas en el río Paraná (su medio natural) demuestran la posibilidad de producir un pescado sustentable y con grandes posibilidades de mercado y expansión». Además, afirma que un uso sostenible de este gran ecosistema acuático genera una apuesta hacia nuevas tecnologías que generen valor agregado sobre un producto accesible de elevado valor proteico, que estimula el consumo de peces de agua dulce, sin el detrimento de los recursos naturales.

Tengamos en cuenta que la presión sobre el recurso ictícola en el río Paraná ha aumentado año a año y el manejo inadecuado del sistema viene causando una gran disminución de la biomasa y tallas de las grandes especies comerciales, incluso generando desapariciones locales de las mismas (como la del pacú). «Es por ello, que la piscifactoría se constituirá como una alternativa de mitigación íctica del gran hidro sistema del Paraná, partiendo desde la generación de una base sólida del conocimiento en biología y ecología de sus especies nativas, y apostando al mercado sustentable».

El pacú, actor fundamental

Para contextualizar, sirve recordar que se espera que la población mundial alcance las 9.000 millones de personas para 2050, por lo que la producción de alimentos de alto nivel nutricional es uno de los mayores desafíos mundiales que enfrenta el siglo XXI frente a la gran incertidumbre económica y financiera. Por lo tanto, el aumento de la competencia por los recursos naturales y la pérdida de biodiversidad en un contexto de cambio climático global. En el marco de estos escenarios, se requiere la urgente implementación de planes de gestión y manejo de los ambientes naturales para abordar tal desafío. «Se trata de mitigar los efectos antrópicos sobre la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y las comunidades locales», afirma la especialista. Y agrega que la promoción de las prácticas sostenibles de pesca y piscicultura no sólo contribuyen al ordenamiento y conservación de los recursos y los ecosistemas, sino que además aseguran que los sistemas acuáticos del mundo puedan proporcionar alimentos con elevado valor proteico.

«La producción de pescado de piscifactorías constituye tres cuartas partes del volumen total de la acuicultura»

El principal desarrollo de este área se produjo con el objetivo de maximizar la productividad y la rentabilidad de la producción en una escala temporal muy corta. No obstante, a medio y largo plazo, los resultados netos pueden con frecuencia ser negativos desde el punto de vista social, ambiental e incluso económico. «En consecuencia, en la planificación y el desarrollo piscícolas es necesario considerar con similar importancia los objetivos sociales, económicos y ambientales como reaseguro para la adopción de decisiones adecuadas sobre el recurso».

Objetivos ambiciosos

Por este motivo, el fomento del cultivo de esta especie, no solamente le da un valor agregado a la acuicultura en Argentina sino también a la conservación de esta especie autóctona del Paraná, disminuyendo su presión pesquera. Desde la secretaría de Agroalimentos del Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología, se estará trabajando en tres líneas principalmente.

Primero, en las capacitaciones por parte del equipo técnico en cuanto a sistemas de producción (en estanques o jaulas suspendidas); mantenimiento de infraestructuras y equipamiento para control de bienestar animal, crecimiento y evaluación de calidad de agua; selección de sectores aptos para los diferentes sistemas; reproducciones in vitro; generación de valor agregado, entre otras.

Segundo, en el incentivo a la generación de infraestructura e instalaciones para procedimientos de inducción y reproducción in vitro, para la generación de alevines de especies nativas de la cuenca del Paraná medio. Tercero, en el incentivo a desarrollos piscícolas a lo largo de toda la provincia en los dos sistemas de producción. Se prevé, además, comenzar a trabajar con productores arroceros a los fines de diversificar la producción de arroz y aprovechar las potencialidades de la piscicultura.

El potencial de las jaulas

Según la referente del programa a nivel provincial, la calidad hidrobiológica de las aguas aptas para la piscicultura se establece a partir de los parámetros (físicos, químicos y biológicos) que se describen en un medio inerte según sus diversos componentes. «La evaluación de estos parámetros analizados en un sistema de aguas continentales, conformado por una diversidad de unidades hidro geomorfológica (como es el caso del Paraná), implica considerar una dinámica y una variabilidad espacial durante diferentes fases hidrológicas, dependiendo si los ambientes se encuentran conectados o aislados a la corriente fluvial principal. Dado que los individuos acuáticos se encuentran en un estado de intercambio continuo (temperatura, agentes patógenos, otros) con el ambiente en que habitan, en el caso de los sistemas de producción piscícola en jaulas suspendidas, la calidad hidrobiológica del medio influirá en la supervivencia, crecimiento de las especies, sabor y calidad del producto final».

FUENTE: Campolitoral/FEDERICO AGUER

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