El presidente de la Cámara Argentina de Bioetanol de Maíz y subgerente de ACA, Víctor Accastello, consideró los factores que presionan a la industria y sus inversiones. ¿Alcanzará el maíz?
El Gobierno fijó recientemente un nuevo precio del bioetanol a través de la Resolución 169 de la Secretaría de Energía de la Nación. Es retroactivo al 16 de marzo, quedando el litro de bioetanol en $ 141,40. Sin embargo, desde la cadena de valor del maíz, indicaron que en esta coyuntura, los ajustes apenas alcanzan para sostener a flote a la industria.
En diálogo con EL CAMPO HOY, el presidente de la Cámara Argentina de Bioetanol de Maíz, Víctor Accastello, explicó: “El aumento de marzo, retroactivo al 16 de este mes, se debe a que las naftas aumentaron ese día y para el primer trimestre del año, debido a que las naftas están dentro del esquema de precios justos, el etanol debía seguir el mismo ritmo de subas, por lo tanto el 4% de enero, el 4% de febrero y el 3,8% de marzo, es simplemente copiar el aumento de las naftas”.
Esto está por debajo de la inflación, según consignó el dirigente. “La suba de precios generalizada, inflación y tasa de devaluación, son superiores al aumento, por lo tanto, es un aumento que ayuda a la industria pero no compensa la suba de costos”. Según Accastello, “tanto la suba del maíz como del gas, que sigue al tipo de cambio en dólares, la mano de obra que va acompañando al ritmo de la inflación, además del precio de los repuestos para el mantenimiento, hacen que la rentabilidad bien medida está muy ajustada”.
Medir bien la rentabilidad
En este sentido, “hay que computar las depreciaciones de activos fijos y el interés sobre el capital de trabajo, ya que las petroleras nos pagan a los 35 días en pesos, así como los subproductos o el dióxido de carbono que se cobra a los 60 días, y hay que tener maíz en stock para moler, que significa una inmovilización de capital de trabajo y a la tasa actual del 6% anual que entra dentro de los costos, este precio de 141 pesos para el litro de etanol está prácticamente en el punto de equilibrio de las empresas de bioetanol de maíz”.
Tanto la suba del maíz como del gas, en dólares, la mano de obra que va acompañando la inflación, y el precio de los repuestos para el mantenimiento, hacen que la rentabilidad bien medida está muy ajustada”
Según el subgerente de ACA, “depende de la liquidez de cada empresa y cómo se compute el interés sobre el capital de trabajo, ya que el costo de ese dinero tiene un costo de oportunidad, o aquellas que no tienen liquidez tienen que tomar una fuente en pesos que tiene un 6% mensual para financiar esa compra de maíz o para financiar el crédito que le damos a las petroleras a 35 días sin tasa de interés, por eso decimos que bien medido hoy, ese precio se iguala a todos los costos y gastos de una industria”.
Esto equivale, según contestó Accastello a “rentabilidad cero”, lo cual obliga a realizar una pregunta de Perogrullo: “¿y entonces cuál es el negocio?”.
Según el experto, “la conveniencia de este negocio hoy es aguantar los ciclos, porque siempre hay ciclos con buena rentabilidad, con momentos de exportación a Europa muy buenos, y hoy por ejemplo, exportar a Chile arroja un buen resultado, y si además cuentan con liquidez que no necesiten solicitar créditos para capital de trabajo, por lo que en una planta de escala industrial que esté integrada desde el punto de vista energético, como la de Villa María, el negocio puede sosteners”.
Un buen precio para las petroleras
Por otra parte, según Accastello, este valor de 141 $/litro de etanol, “es un buen precio para las petroleras porque con una nafta importada (antes de impuestos) se encuentra en el orden de los 150 pesos, por lo tanto para ellos es buen negocio comprar bioetanol en Argentina”.
La distribución del mercado actual del bioetanol de maíz, indica que entre el 90 y 95% es destinado a mercado interno y la exportación es sólo un mercado adicional, ya que “con Europa estamos en un momento donde exportar etanol sustentable da una rentabilidad muy escasa, debido a que Brasil inundó el mercado”, aseguró Accastello
Pero lo que más preocupa es que no se están haciendo inversiones, a la espera de dos cuestiones que debe resolver la Secretaría de Energía: “por un lado, la reasignación de cupos dentro del E12, con empresas que han cumplido y otras que no (mayoritariamente las de caña de azúcar) que podrían darle estabilidad a las empresas; y la otra, que es más importante aún, que es ir al E15 de corte, que requiere nuevas plantas industriales o ampliación de las existentes, que representaría ampliar capacidad productiva por 300.000 m3/año e inversiones por 400 millones de dólares, y es algo que debe definir la secretaría”.
Finalmente, Víctor Accastello se mostró optimista respecto a la provisión de maíz para las industrias que agregan valor, diciendo que a pesar de la escasa cosecha que se espera, el volumen requerido está asegurado y en todo caso esos 15 millones de toneladas que faltarán, serán recortados para la exportación del grano.