En la ciudad de Firmat, en el sur santafesino, hay festejos y no solo por la Navidad. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el grupo inversor Financiamiento Estratégico SA firmaron un acuerdo que permitirá la reactivación de la tradicional fábrica de cosechadoras que la firma Vassalli Fabril había paralizado ante dificultades financieras.

El acuerdo incluye a los 300 trabajadores que desempeñaban tareas en el establecimiento, ubicado en el departamento General López, 270 kilómetros al sur de esta capital.

 

«Luego de tres meses de arduas negociaciones, de las que participaron muchas personas, no solamente el grupo inversor, la asamblea de trabajadores aceptó por unanimidad la propuesta», dijo Pablo Cerra, abogado de la UOM.

«Hoy es un día de mucha emoción y alegría. Tras la reunión en el ministerio de Trabajo provincial hoy (por ayer) hemos firmado con la empresa Vassalli un acuerdo para que la planta vuelva a producir y reincorpore a los 300 trabajadores», sostuvo Antonio Donello, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) seccional Rosario.

La marca tuvo importantes negocios con Venezuela hasta que perdió un contrato que desató una crisis financiera
La marca tuvo importantes negocios con Venezuela hasta que perdió un contrato que desató una crisis financiera Crédito: Vassalli Fabril

 

Vassalli Fabril SA tuvo una producción intermitente a lo largo de este 2019 y atravesó incluso tomas de la fábrica por los trabajadores con salarios atrasados en medio de la incertidumbre sobre qué sucedería con la firma, con la intervención gremial de por medio.

En 2016 los empresarios cordobeses Gastón Aguirre, Sergio Barbero y Néstor Girolami compraron acciones de la firma para intentar sacarla a flote. Plantearon la necesidad de ofrecer retiros voluntarios para achicar el plantel de 500 trabajadores con el que contaba la empresa. Eso generó un conflicto que luego se profundizó con la falta de pago del salario de los obreros desde febrero de 2018

Aguirre y Barbero se alejaron de la firma y el 60 por ciento de las acciones volvió a manos de Mariana Vassalli, nieta del fundador, Roque Vassalli.

Desde ese entonces, comenzó a buscar nuevos inversores a través de un concurso de acreedores para que puedan reactivar las operaciones productivas.

El pasivo de la empresa está estimado en $280 millones y el mayor acreedor es el Banco Nación. Se suman cheques rechazados por sumas millonarias y otro pasivo adicional por contribuciones patronales.

Según confió Cerra, «la producción saldrá con la misma marca, ya que es un nombre puesto en el mercado. El inversor está buscando mercados externos».

«No hay nadie conocido», dijo el abogado Cerra, consultado sobre la identidad de los nuevos inversores. «Sí sabemos que se arma un fideicomiso para hacerse cargo de la producción por medio de un encargo a fasón que ya tienen cerrado», agregó.

Vassalli Fabril tuvo con el kirchnerismo importantes ventas a Venezuela, pero la caída de un negocio en 2014 le generó un problema financiero del cual nunca se terminó de recuperar ya que había tomado créditos para fabricar máquinas que no fueron vendidas.

Fuente: La Nación/José E. Bordón

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