La Jueza Civil, Comercial y Laboral de Esperanza desestimó una medida cautelar para impedir un evento este fin de semana en esa ciudad. Fue gracias a la intermediación de la Asociación Civil Santafesina de Fiestas Tradicionalistas y Jineteadas, que aportó jurisprudencia a favor de la actividad gaucha.
La justicia falló a favor de la realización de la jineteada en honor a la bandera, programada en el predio de la Agrupación Gaucha «El Señuelo» de Esperanza el domingo 19 y lunes 20 de junio, tras desestimar un pedido de dos abogados que buscaron impedirla por «crueldad animal».
La Jueza Civil, Comercial y Laboral de Esperanza, Virginia Ingaramo, falló en contra de la medida cautelar presentada por Natalia Pallavicini y Domingo Rondina, quienes accionaron contra la municipalidad esperancina por haber habilitado el evento tradicionalista.
El dictamen se logró gracias al asesoramiento de la Asociación Civil Santafesina de Fiestas Tradicionalistas y Jineteadas, que aportó jurisprudencia al citar como precedente la negativa del juez de Control de Jesus María, Oscar Patat, quien en 2014 rechazó un recurso de amparo de entidades proteccionistas que pretendían impedir la realización del 49° Festival Nacional de Doma y Folclore. «No se advierte que en el desarrollo de la jineteada, ni en su comienzo ni después, en sus traslados, (preparación de tropillas en los predios de la Sociedad Rural, donde permanecen hasta su participación, traslado al Festival, jineteada propiamente dicha, traslado de regreso, con transporte adecuado, autorizados por SENASA, etc., siendo asistidos por médicos veterinarios) se realicen con claridad, evidencia o contundencia, actos o conductas de maltrato específico o de abuso al animal», había sentenciado el juez cordobés.
El fallo de Ingaramo resolvió «no hacer lugar a la medida cautelar», además de ordenar al municipio local que «proceda al estricto control del cumplimiento de la normas sanitarias» que garanticen el bienestar de los animales involucrados. El texto también dispone notificar al Senasa de la resolución.
Con una acción similar a la que hicieron en Esperanza, en mayo Rondina y Pallavicini habían logrado la suspensión de un festival con jineteada en la localidad de Providencia. «Después de la suspensión del primer evento en mayo, ahora la municipalidad de Esperanza autorizó una nueva jineteada para los días 19 y 20 de junio. Hoy presentamos un nuevo amparo judicial en su contra. Vamos a mantener el debate sobre la crueldad animal en toda la Provincia de Santa Fe», declaró Rondina en redes sociales el 7 de junio.
Desde la Asociación Civil Santafesina de Fiestas Tradicionalistas y Jineteadas comentaron a Campolitoral que existen intentos similares de impedir las jineteadas en varias localidades de la provincia. Explicaron que la actividad, además de integrar el acervo cultural argentino, implica un medio de vida para muchas personas. «Cada fin de semana se realizan unas 120 jineteadas en todo el país, que movilizan unas 600.000 personas al año», indicó su presidente Alfredo Baruffato. Además comentó que hay iniciativas legislativas para designar como un deporte la jineteada (Uruguay ya lo hizo) y anticipó que la entidad aspira a ser fiscalizadora en estos eventos como garante del bienestar animal y de los jinetes.
Sobre la proliferación de estos intentos de impedir la actividad, el actual presidente de la Asociación Conmemorativa de la Primera Yerra y subsecretario de Municipios y Comunas de la provincia, Carlos Kaufmann, sostuvo que «hay un desconocimiento y una visión sesgada de lo que son las tradiciones y en particular de las jineteadas».
Como organizador de la Fiesta Provincial de la Yerra, que todos los años conmemora la primera marcación de hacienda en junio de 1576, Kaufmann explicó que los caballos que se montan se denominan «reservados» por ser indóciles e imposibles de amansar para las tareas rurales, motivo por el cual se los destina a la jineteada. «Al ser caballos excepcionales son valiosos y por ello muy cuidados por los tropilleros», explicó. Y agregó que cuentan con atención veterinaria específica por el valor que tienen los ejemplares.
«La violencia yo diría que la tienen que buscar en otro lado», dijo, porque la práctica no es dañina para el caballo e incluso «hay deportes ecuestres que son mucho más peligrosos que los animales que la jineteada». Al respecto mencionó que en las jineteadas las espuelas que usan los jinetes son «mochas» (sin puntas) y ruedan; y el rebenque es con una azotera muy livianita, por lo que no lastiman al animal.
Incluso sostuvo que quien no respeta estas normas «no está bien visto en este ambiente». Y comentó que, en tal caso, «se lo descalifica o no se contrata más a un tropillero» que dañe al caballo. «No se puede tomar la excepción como la regla», remarcó, respecto de creer que el gaucho en general sea violento o cruel con el animal porque haya alguno que lo fuera.