La ilusión de conseguir a alguien que conduzca los caminos de la lechería en este gestión no duró más que tres semanas.

En una situación inusual para el sector, quien había sido seleccionado tenía apoyo entre industrias, productores y la cadena en general finalmente no asumirá por el peso de la política.

Hace menos de un mes Sebastián Alconada estaba iniciando su tarea al frente de la Dirección Nacional de Lechería. Se había puesto al frente de gestiones puntuales que le habían empezado a demandar desde las diferentes cuencas, pero el nombramiento nunca llegó.

Coincidiendo con el inicio del aislamiento, al comienzo la espera administrativa era entendible, pero con el correr de las semanas el gesto fue más fuerte que todo lo que pudiera decir cualquiera de los demás integrantes del gabinete integrado por el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra.

Dependiendo de la Subsecretaría de Ganadería, a cargo de José María Romero, la tarea se había comenzado a encaminar, teniendo en cuenta que desde el 10 de diciembre no había un referente para el sector. Un hecho que se puede corroborar con la demora en la actualización de datos oficiales.

Exportaciones, existencias, ventas e incluso el destino de elaboración de la materia prima sólo tienen referencias al mes de diciembre o enero. Lo que generalmente tenía un mes de demora ya se retrasa de una forma por demás notoria a pesar de tener datos por parte de las empresas que no se han detenido. En este sentido, el deterioro del área de Lechería, incluyendo el segmento de estadística demuestra cabalmente esta consecuencia.

Alconada trabajó junto al Gobierno de la provincia de Buenos Aires hasta diciembre, pero también pesó por AFIP y el propio Ministerio de Agricultura dos mandatos atrás. Ahora, al no llegar la designación de Alconada de manera formal y con la operación de un segmento muy fundamentalista de la política en su contra, no se pudo torcer la voluntad de sus detractores.

Una pequeña proporción de la cadena pudo haber opinado en contra de su designación, pero esos rumores fueron magnificados y en definitiva Alconada ya no frecuenta el edificio de la avenida Paseo Colón, pero tampoco hace el trabajo a distancia que la mayor parte de la administración nacional está cumpliendo.

Bajo este marco, sigue acéfala la lechería en esta gestión, que deberá encontrar a alguien que tenga un apoyo completo, pero no del sector productivo o industrial, sino del arco político oficial.

Vuelven entonces a rondar nombres del pasado reciente más urticante de la lechería, esos que no aportaron ideas al sector, sino los que supieron establecerse más del lado político que dirigencial.

A cinco meses del inicio de la gestión nacional, una de las producciones esenciales del campo argentino sigue sin referencia, sin respuesta y sin rumbo, en un contexto complejo.

FUENTE: AGROFY NEWS

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here