En el marco del 6° Congreso Internacional de Extrusado y Prensado de Soja realizado en Santa Fe se debatieron los nuevos desafíos del sector: crear valor, diversificar y seguir apostando, siempre hacia adelante.

Fue el esperado reencuentro presencial luego de la pandemia, que aglutinó una vez más en la capital provincial a los referentes de un cluster que parece inmune a todo lo que le tiran. Es que nació de un puñado de productores que desde sus inicios apostó por el agregado de valor a través del procesamiento de sus granos, y que de a poco tuvo que ir aprendiendo los secretos de la industria y de la comercialización. Hoy, detrás de esa meta, manejan herramientas digitales de producción, analizan las claves de los mercados de granos y hasta se animan a soñar con la conformación de una Federación Nacional que sume a todas las Cámaras provinciales para sentarse a negociar con los grandes de igual a igual.

Juntos somos más

Marcelo Conde tiene una planta de extrusado en Gálvez, y preside los destinos de la Cámara Industrial de Extrusado y Prensado de Santa Fe (y ahora también del Norte Argentino). En diálogo con Campolitoral, reconoció que este año en el Congreso se quiso poner sobre el tapete nuevas técnicas en el expeller. «Tuvimos muchos invitados de varias provincias y de países limítrofes. El tema mercados y plantas de balanceados son el siguiente paso para quienes estamos en el mundo de los extrusores», afirmó.

Conde sostiene que cada vez hay más plantas de extrusado, y por eso la apuesta es seguir agregando valor. «Ya hay muchos que están haciendo texturizado o micronizado, con la mirada puesta en el futuro. Pero para poder avanzar en la parte de exportación, primero hay que ajustar algunos temas, porque hoy no somos competitivos», criticó.

Consultado sobre el «dólar soja», confesó que fue una medida que los perjudicó y les generó desde octubre la falta de poroto para poder procesar. «Hoy no hay ventas, porque muchos productores aprovecharon y vendieron en septiembre. Por eso el que tenía alguna reserva la está usando, y esperamos que si el clima acompaña en noviembre o diciembre la cosa se empiece a normalizar», dice en referencia a algunas plantas que tuvieron que parar.

Sin embargo, reconoció que el espíritu del Congreso es el mismo de cada año. «Todos los que estamos en la Cámara nos juntamos para contar nuestras experiencias, las nuevas formas de trabajar, siempre aprendemos del otro, porque entendimos que si seguimos solos no lo haríamos nunca, las decisiones son en conjunto, y el próximo paso es exportar en grupo, como una Cámara».

Borrón y cuenta nueva

Según Fabio Ferrero, ex presidente y actual miembro de la Comisión directiva, el evento los desbordó con una excelente cantidad de público. Además, reconoció que el sector está trabajando en una capacidad del 90 % de producción por la sequía. «En septiembre nos jugó una mala pasada el precio de la soja. El precios se nos fue, pero ya en el transcurso del mes que viene esperamos que se normalizaría el tema de la confianza de la pizarra de Rosario».

Ferrero explica que hubo plantas que cerraron, porque básicamente le venden expeller a los polleros o productores de cerdos, «quienes compran la soja, producen y venden el expeller. Al haber diferencia de precios perdían plata y tuvieron que parar. Hoy se está acomodando la pizarra, pero en esta zona tambera nos manejamos con canje de maquila y no dependemos de la compra de soja mensual. Estamos siempre avanzando en tecnologías, procesos, disminuir costos productivos con máquinas más grandes y eficientes».

Agregar y crear valor

Para Rodolfo Rossi, del directorio de ACSOJA, el 20% del total del crushing argentino va a alimento; de eso 13% es aceite, pero en el mundo hay un 7/8% que se destina a productos de consumo humano. «La soja texturizada tiene menos del 1% de un mercado internacional muy grande. Son alimentos que usan eso como insumo en un mercado de 40.000 millones de dólares», afirmó en su disertación.

Según manifestó a Campolitoral, esto no sólo es decisión del empresario, sino también del contexto político y económico. Y remarcó que «el concepto es CREAR VALOR, no sólo AGREGAR, lo que puede implicar varios pasos luego de la producción».

Según el especialista, se procesa no más del 10 al 12% de harina de soja en uso interno, contra el 50% de Brasil o el 75 de EE.UU. «Lo importante es que con un insumo disponible y barato, se pueden generar muchos productos industriales también, en línea con la química verde».

También lamentó «el impuesto al precio» (retenciones) que «es un desincentivo el 55% del ingreso total de la agroindustria que provienen de la soja».

Según Rossi hay un inmenso camino por delante, pero hay un gran retroceso de la producción de soja en Argentina. Y expuso el espejo «Brasil, que con el crecimiento de la soja se transformó en el principal exportador de carne mundial. Allá el apoyo al agronegocio fue constante durante 30 años, fue un plan de gobierno. Y si bien nosotros no somos dependientes de la soja, el mundo lo es. La soja fue creciendo por la limitación para comercializar otros cultivos. También requiere una menor inversión. Todos podemos crecer, como el caso del trigo, que va de la mano de la soja».

Por otro lado, alertó que sólo un 20% de la semilla es fiscalizada, «no hay incentivo a invertir en las empresas. Estamos en una 7° parte de lo que invierte Brasil en tecnología, y todo eso es el aspecto para CREAR VALOR.

Planificar, la clave de todo

El consultor Harold Navas concitó la atención de los asistentes del Congreso, al exponer sobre la planificación estratégica. «Es una herramienta que ayuda a que los procesos sean mas eficientes, a tener mas certezas sobre el futuro», dijo. «Trabajar en eso te hace minimizar los riesgos, y en países como los nuestros, es muy importante tener dentro de las empresas departamentos que se dediquen a esto». Navas insistió en la necesidad de tener un plan dentro de la empresa donde se diagnostique el sector, el lugar, quiénes son la competencia y las fortalezas y debilidades como empresa. «Luego de eso, cuál es mi misión y mi visión, en qué fecha seré mas productivo en talco cual cosa, más eficiente, el líder del mercado. Cuando yo creo eso obtengo mis valores empresariales, mi política empresarial, y desde ahí empiezo a diseñar los objetivos, que tengo que trazar en un tiempo. Al poder organizar todo eso, inmediatamente empiezo a tener más claro cuál es mi presupuesto, que se traduce en programas o planes que me llevan a ser más eficiente, y creo capacidades en el personal».

El caso cordobés

Juan Carlos Giaccone es el referente de la Cámar de extrusores de Córdoba, y remarcó el avance registrado en materia de trabajo conjunto público y privado. «En Córdoba la actividad mueve un millón de toneladas por año, el 9 % de lo que produce la provincia, que es un gran productor de soja, con unas 14 millones de toneladas al año», graficó.

El sector genera mucho empleo (son unas 100 plantas con 1.200 empleos directos y unos 600 indirectos), distribuidos en pequeñas localidades del interior: son 77 las poblaciones que tienen una planta extrusora y en muchas de ellas es la primera o única actividad industrial. «Queríamos potenciar esta actividad y expandir la capacidad de molienda, así que estamos trabajando con el Gobierno Provincial en contribuir a aumentar el consumo de aceite de soja transformándolo en biodiésel, y a través de un proyecto de generar un consorcio de exportación para poder sacar el expeller excedente».

 

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