Según los hermanos Schnidrig, la empresa tambera se debe un debate superador para dejar atrás conceptos del pasado. Empezar a pensar en la producción por sólidos, eficiencia reproductiva, bienestar animal y liderazgo.

Los referentes de la Agropecuaria “Las Marías” concretaron esta semana en Sarmiento su segundo remate anual. Más de 100 ejemplares de raza Kiwi Cross “volaron” ante la requisitoria (virtual) de una clientela ávida en busca de mejoras en la producción.

En diálogo con Campolitoral, José Schnidrig volvió a destacar las virtudes de esta raza híbrida nacida en Nueva Zelanda (cruza del Holando y el Jersey), cuya principal característica a primera vista es el tamaño.
“Visiblemente es una aninal más pequeño que el tradicional Holando de la zona, y que tiene características productivas y reproductivas”, afirma. Según el productor, la composición de leche de estos animalitos cuenta con una concentración de sólidos muy importante, y una gran eficiencia reproductiva. Eso permite crecer en los establecimientos y lograr una mayor carga por hectárea.

“Nuestro negocio está basado en la cantidad de leche o de sólidos que podemos generar en una hectárea con un costo determinado”, afirma. Y agrega que a lo largo de los años ha sido «muy tradicional pensar la producción en litros por vaca, pero nosotros tratamos de razonar la producción por hectárea, y este animal se adapta de la mejor manera a este tipo de razonamiento”.

«La cosechadora perfecta». Según José Schnidrig, la raza Kiwi Cross les significó un salto cualitativo y cuantitativo en la empresa.

 

Explosión productiva 

El empresario recuerda que a partir de 2008 comenzaron con la búsqueda de algo diferente, a raíz de las dificultades reproductivas que tenían en el rodeo. “Desde 2010 nos cambió la visión del negocio, porque protagonizamos con esta raza con un crecimiento del 10 al 14 % anual, pasando además de 800 a 3.200 vacas en ordeñe”.

Otro tema que está muy arraigado en la zona es la concepción del tambero que le “entrega” la leche a tal o cual firma. “Es hora de negociar la producción”, sostiene convencido. Y eso no tiene nada que ver con el tamaño del tambo. “Conozco gente con volúmenes chicos que están negociando por sólidos, y eso tiene un valor diferencial con estos animales”.

Cuestión de sistema 

Consultado sobre el mejor método de producción para nuestro país, afirma que Argentina es “extremadamente grande, y hay lugares donde el sistema de encierro funciona bien. Pero tenemos muy buena producción de pasturas (principalmente de alfalfa), donde estos animales se comportan de forma excelente. Los modelos productivos deberían adaptarse a cada zona”. En ese sentido, destaca que ellos tienen sus sistema de producción pastoril intensivo para producir mucha cantidad de materia seca en una hectárea y convertirla en proteína de leche.

«Este animal es la cosechadora perfecta para transformar la proteína vegetal en proteína de leche. Hablamos de una genética que tiene muchísimo para dar y desarrollar. Es impactante que países tan eficientes en lechería como NZ hoy tengan el 50 % de su rodeo con esta raza”.

El liderazgo y el bienestar 

Según su hermana Alejandra, el liderazgo es un tema crucial en las empresas del campo. “Quienes comandan un tambo tienen muchas responsabilidades, y por eso está bueno ayudarlos a desarrollar algunas habilidades. Es muy importante el papel de inspirador que cumplen los líderes y para poder inspirar necesitan un poco de ayuda y de asesoramiento sobre cómo hacerlo. Sobre todo a la hora de desarrollar la empatía, la comunicación, la escucha activa, etc.”

Liderazgo y bienestar animal. Para Alejandra Schnidrig, el trabajo en la docencia, y junto a los grupos CREA les permitió incorporar estos valores superadores.

 

En su caso particular, 30 años de docencia la ayudaron a desarrollar algunas cosas. “La ecología, o estar de la mano con el bienestar animal, por ejemplo. Por eso me siento cómoda con la apuesta que hace nuestra empresa con la mirada que tiene de la lechería, porque considero que es más amigable para el animal. No nos olvidemos que el animal nuestro está en el campo, que come pasto, que camina, que va a su sala de ordeñe con mucho confort, que (lejos de lo que algunos creen equivocadamente) el animal no sufre cuando le sacan la leche, sino todo lo contrario. Así que para mí eso es lo más importante”.

Por otro lado, destaca las ventajas del sistema en el que se crían los terneritos, con pariciones estacionadas cuando llega el invierno. “Los terneros van a una escuelita, que son galpones con camas muy higiénicas, que reducen la mortandad de terneros a índices muy bajos, lo que da una pauta que el animal está bien cuidado y muy cómodo. Por todo eso, es muy destacable el bienestar que tiene el animal en estos sistemas”.

Finalmente, insiste con que es muy importante difundir este sistema. “El que conoce la lechería sabe que día a día hay que resolver muchas cosas, por lo cual tener que enfrentar otros problemas dificulta todo. En pandemia la producción de alimentos nunca paró. Y como personas que contribuyen a la elaboración de alimentos, deberían ayudarnos a simplificar los procesos para producir y distribuirlos de la mejor manera”, reclamó.

FUENTE: Federico Aguer/Campolitoral 

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