Sin las restricciones impuestas por el Gobierno los embarques podrían haber aumentado un 10% versus 2020, pero terminarán cayendo un 31%.
Las exportaciones de carne vacuna se podrían haber acercado este año a casi un millón de toneladas, lo que habría sido un récord de volumen, si el presidente Alberto Fernández no hubiera impuesto el cepo para las ventas al exterior.
Así lo expresó Diego Ponti, analista ganadero de AZ Group, que además estimó que este año las exportaciones de carne vacuna se ubicarán en 620.000 toneladas res con hueso. Por las trabas del Gobierno, ese volumen representaría una merma del 31% versus el tonelaje exportado el año pasado.
“De no haberse establecido las restricciones, el volumen total exportado de 2021 hubiera subido 10% respecto de 2020 para acercarse a un millón de toneladas”, señaló el analista ganadero.
Según sus cálculos, en 2021 se producirá una pérdida de US$556 millones por reducción de las exportaciones y de 50 millones de dólares por derechos de exportación no cobrados. Para comparar, este último valor equivale a 2600 toneladas de carne que se podían haber entregado gratis a las franjas más vulnerables de la sociedad, explicó.
Al hablar en una reunión virtual organizada por el Fortymax, de Molinos Tassara, Ponti dijo que, con el nuevo cupo del 50% para la venta al exterior, los embarques se concentraron principalmente en 63 plantas frigoríficas y 10 empresas capturaron el 54% de las exportaciones.
“Esta concentración no ayuda al mercado ni a los precios, sino que le da más poder de negociación a las plantas frigoríficas, en tanto que los perdedores son los productores por la reducción de precio del kilo vivo”, dijo.
Según el experto, si bien de manera temporaria por la baja del precio de la vaca de descarte, que tenía una masiva colocación en China, podría haber una ventaja para frigoríficos exportadores, luego en el largo plazo toda la cadena perderá por el desaliento a la actividad primaria.
“Hay que considerar que el 29% de los ingresos de los criadores proviene de la venta de vacas improductivas. Si ahora esa categoría baja del precio, se interrumpe del círculo virtuoso de mejoramiento”, señaló.
Pérdida de ingresos
Según destacó, los problemas en cuanto a la carne vienen por el lado de la pérdida de poder adquisitivo de la población, no del precio del producto. “Si la carne vacuna estuviera muy cara, el problema se solucionaría con una apertura de fronteras e importaciones de Uruguay o Brasil, algo que no se está haciendo porque los números no cierran”, precisó.
En este contexto, un informe de Rosgan remarca que China, el mayor comprador de carne para la Argentina, sigue traccionando la demanda a nivel internacional. “En efecto, las importaciones de carne vacuna de China aumentaron un 18% interanual en los cinco primeros meses del año”, expresó.