El presidente de la Federación de Asociaciones Rurales y Forestales de Misiones, Adrián Luna Vázquez, reflexionó sobre la inseguridad rural en la provincia, y los desafíos que tiene por delante en la ganadería. El té y la foresto-industria, como las actividades más complicadas.
¿Cómo se encuentra la provincia respecto a los delitos rurales?
Desde hace ya unos meses venimos reclamando al Gobierno Provincial y al Secretario de Seguridad, para que se intensifiquen los cuidados de los campos a través de la policía, porque vienen ocurriendo varios hechos de intromisión para robar hacienda, yerba, maquinaria. Pedíamos control en rutas por el tráfico de carnes, porque no lo hay, y eso facilita el robo de hacienda que se destina a la comercialización. Hará dos meses atrás el gobernador Oscar Ahuad creó la Policía Rural en la provincia, que no existía, para poder abordar los delitos rurales, pero lógicamente que también con esta emergencia del coronavirus, quedó todo en segundo plano.
El mes pasado sorprendieron a un productor al que le estaban robando hacienda y lo mataron. El delito se circunscribe dentro de la cuarentena, y aprovechando que las fuerzas de seguridad están ocupadas o destinadas a controlar el cumplimiento del distanciamiento social preventivo y obligatorio, esta gente aprovechó estas circunstancias para cometer el delito.
¿Cuáles son los principales delitos que se cometen en la provincia?
Los principales delitos son el robo de hacienda y el robo de yerba mate. Entran a las chacras con camiones, cargan kilos de yerba, se llevan la hoja verde y la revenden a secaderos que la compran sin ningún tipo de papeles. Los dos delitos son los que más se están cometiendo en la zona. El tema es que las fuerzas de seguridad no realizan los controles que deberían, y también es cierto que están como «niñeros» detrás de toda la gente que no quiere cumplir la cuarentena.
Los delitos se dan principalmente en el norte de la provincia, porque en el sur hay mucha más cultura de comercialización de hacienda no clandestina, están los campos más grandes, y no se faena en negro ni se vende carne de esta manera. La comercialización de carne se hace a través de frigoríficos como se hace en el resto del país.
La producción ganadera en la provincia es una de las principales actividades ¿Qué desafíos tiene por delante?
El desafío fundamental de la producción ganadera en Misiones es lograr en algún momento el autoabastecimiento de carne con producción provincial. A partir del trabajo que comenzamos a hacer el año pasado con nuestra Federación se empezó a incrementar la producción de carne. Este año el subsecretario de Ganadería de la provincia es un médico veterinario que venía trabajando con nosotros hace dos años, y en este momento íbamos a implementar todas las políticas o medidas que habíamos sugerido desde la Federación. Fue la idea que se designó una persona de la Federación en la Secretaría de Ganadería. Esto fue cuando asumió el nuevo gobernador.
¿Cuántas cabezas tienen actualmente y cómo está la cuestión sanitaria?
Tenemos 500 mil cabezas. El problema fundamental es el tema de la campaña aftosa, que se va a mejorar con este cambio de estrategia que se implementaría. Sin embargo es cierto que la campaña de aftosa es extremadamente cara. El 80% son pequeños productores que no tienen más de 50 cabezas en el mejor de los casos, y el terreno hace que sea muy costoso y muy difícil realizarla. Los productores, no todos, calculo que el 50% debe tener instalaciones adecuadas, en resto no las tiene. Entonces eso hace que sea extremadamente dificultoso hacer una campaña de aftosa.
También este año la idea era implementar una serie de medidas orientadas a eso. Y el gobierno nacional le había quitado a la provincia de Misiones el apoyo que daba de hasta el 100% de las vacunas de manera gratuita para que salgan a vacunar y costear y que el costo sea únicamente el costo operativo. Eso reducía en un 50% el costo de la vacuna aplicada. Con el Gobierno anterior se retiró, y eso hizo que se encarezca mucho e hizo bajar los índices de vacuna aplicada.
Nosotros sostenemos que en una provincia como Misiones donde tenemos tantos pequeños productores, y donde tenemos más de de 1000 km de frontera con Paraguay y 100 km con Argentina, y tan poca hacienda, el rodeo nuestro no llega a ser ni el 0,8% del rodeo nacional, invertir en el costo de las vacunas de aftosa que se aplican en el país por año, da seguridad sanitaria. No está hecho el análisis de costo beneficio porque si llegara acá a Misiones algún virus de aftosa, el costo para el país sería catastrófico.
¿Cómo está la producción de yerba, té y forestal?
La producción de yerba anda muy bien. Ahora se consensuó un precio en 20 pesos el kilo de hoja verde. Eso hace que el productor yerbatero tenga una buena remuneración. Las actividades que no están andando bien, son la forestación y el té. El té porque existe una concentración de la demanda, son muy pocas empresas, entonces hacen cartelización de la compra de hoja y eso determina que el precio sea extremadamente bajo con relación al precio que se paga al té. El 90% se exporta. Argentina no es un país que consuma mucho té. Son 3 o 4 empresas que compran toda la hoja verde, y el productor que no se alinee con esos compradores, queda afuera del mercado y no puede vender a nadie.
La producción forestal, por su parte, está con un problema de precios. Después de 15 años de esperar un árbol, se paga muy poco, con lo cual la rentabilidad no existe en el sector forestal primario. Y en la industria que hay mucha en la provincia, depende exclusivamente de la exportación y de la reactivación de la construcción. A nivel nacional tampoco tiene buen precio la madera que se produce.
¿Crees que desde el Gobierno se puede revalorizar la labor del campo argentino en esta coyuntura que nos toca atravesar?
Yo creo que deberían, pero más que desde el gobierno, la revalorización tiene que venir de parte de la sociedad. Hay una gran parte de la sociedad que no le da el valor que tiene el campo para la economía argentina. Y si la sociedad no lo valora, el Gobierno tampoco lo va a hacer, porque se nutre de la opinión pública. En el caso de los dirigentes tenemos que trabajar mucho sobre esa opinión pública y de la gente que no está vinculada al campo para que entienda, porque mucha gente no entiende lo que hacemos en el campo. Nosotros somos muy responsables: nos comunicamos para adentro, nos comunicamos mal. No veo que los dirigentes hagamos un esfuerzo de comunicar mejor hacia donde o qué podemos hacer. La gente compra cliché, mensajes enlatados, como que la gente del campo tiene plata, es oligarca, etc, y terminan convirtiéndose en verdades cuando no lo son. Tenemos que trabajar más para que todos los gobiernos tengan políticas efectivas a favor del sector y sean continuadas, porque van a ser continuadas en función de que la sociedad lo reclame.
FUENTE: CRA