Luisina Valetto, Jazmín Alcaráz y Daniela Vega, integrantes de la Sociedad Rural de San Justo, comparten su mirada sobre el creciente protagonismo femenino en el sector agropecuario, en el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales.

 

Cada 15 de octubre, el mundo celebra el Día Internacional de las Mujeres Rurales, una fecha que reconoce la labor, la constancia y la contribución de las mujeres en el desarrollo de las comunidades rurales y en la producción agropecuaria.

En la Sociedad Rural de San Justo, este reconocimiento se vive de cerca a través de las experiencias y trayectorias de Luisina Valetto, Daniela Vega y Jazmín Alcaraz, tres mujeres que día a día aportan compromiso, conocimiento y liderazgo al sector.

Una vocación que nació desde la infancia

“Empecé a ir al campo desde chica”, recuerda Luisina Valetto, ingeniera agrónoma y miembro de la Comisión Directiva de la institución. “Al principio pensé que mi relación iba a estar más vinculada a la veterinaria, porque me gustaban mucho los animales. Con el tiempo, la agronomía me fue atrapando”.

Hoy, Valetto se dedica a la venta y asesoramiento en semillas, una especialidad dentro de la agronomía que le permitió recorrer la región, conocer productores y consolidar su lugar profesional.

Su vínculo con la Sociedad Rural comenzó hace cinco años, impulsada por el deseo de involucrarse activamente. “Veía todo el trabajo que hacían y un día me animé a sumarme. Me abrieron las puertas enseguida y me sentí muy cómoda desde el primer momento”, cuenta.

Para Luisina, la conmemoración del 15 de octubre tiene un significado profundo:

“Hoy la mujer tiene una posición mucho más valiosa en el campo. Ya no es solo la que cría terneros o cuida la huerta. Es empresaria, productora, ingeniera, veterinaria, docente. Tiene una mirada más amplia del sector y un rol protagónico.”

También destaca que el aporte femenino ha sido reconocido por sus pares:

“Muchos colegas valoran trabajar con mujeres porque somos organizadas, metódicas y detallistas. El sector se abrió y nos da la oportunidad de demostrar que con actitud, conocimiento e innovación se puede llegar muy lejos.”

Del escritorio al corral: una pasión que creció en el camino

Por su parte, Daniela Vega encontró su vocación en la ganadería. “Trabajaba en un frigorífico en la oficina de compras de hacienda, y un día me tocó salir al campo. Ahí nació todo ese amor por la ganadería”, relata.

Con el tiempo, su espíritu inquieto la llevó a involucrarse en distintas áreas. Martillera pública, se incorporó a la Sociedad Rural de San Justo primero como colaboradora y luego como integrante de la Comisión Directiva.

“Empecé cuando estuvimos con un stand exponiendo molinos en la Expo Rural, charlando con la gente, y terminé trabajando con los años en la organización de la muestra de ovinos y caprinos. Me gusta estar en movimiento, participar, aportar ideas.”

Al reflexionar sobre el rol de la mujer en el agro, Vega coincide con Valetto en que las mujeres han ganado espacio y reconocimiento:

“En todas las actividades el rol femenino está tomando mucha fuerza. Hoy se escuchan nuestras voces. Tenemos una visión más dinámica, más práctica, tal como somos en la vida familiar: resolutivas y comprometidas.”

Pasión familiar

Jazmín Alcaraz, integrante de la Comisión Directiva de la Sociedad Rural de San Justo, comparte su mirada sobre el papel de las mujeres en el ámbito agropecuario y su propia experiencia en una familia profundamente vinculada al campo.

“Mi relación con el sector agropecuario nace por un vínculo familiar. Mi abuelo fue productor, luego mi papá continuó con su legado, y con el tiempo también se sumó mi hermano. Finalmente, me incorporé yo, más vinculada a la parte administrativa, pero también participando en la producción”.

Su llegada a la Sociedad Rural de San Justo se concretó en octubre de 2024, motivada por el deseo de involucrarse más activamente en una institución que —según explica— “siempre busca acompañar y apoyar a los productores desde el lugar que puede y con las herramientas que tiene”.

En cuanto al papel de la mujer en el agro, Alcaraz observa una transformación profunda:

“Siempre este sector estuvo más relacionado con los hombres, pero hoy eso cambió muchísimo. La mujer está completamente integrada. Creo que nuestra presencia aporta una mirada distinta, complementaria y muy valiosa”, afirma.

Desde su experiencia personal, Jazmín asegura no haber enfrentado barreras de género:

“Cuando me incorporé a la empresa, todos me trataron como una más. Nunca sentí una diferencia por ser mujer, y eso habla del cambio cultural que se está dando”, valora.

Para la joven integrante de la Sociedad Rural, esta fecha representa una oportunidad para reconocer y celebrar los avances alcanzados:

“Hace 30 o 40 años era impensado que una mujer participara activamente en el trabajo de campo o en las instituciones agropecuarias. Hoy, en cambio, somos muchas las que formamos parte y aportamos desde distintos roles. Esta jornada sirve para valorar ese camino recorrido y seguir promoviendo la igualdad de oportunidades”.

Compromiso, conocimiento y pasión

Tanto Luisina como Daniela y Jazmín son parte de una nueva generación de mujeres rurales que transforman el sector con su empuje y capacidad. Desde distintos ámbitos —la agronomía, la ganadería, la organización institucional—, ambas reflejan el cambio de paradigma que vive el campo argentino: un espacio más inclusivo, diverso y enriquecido por el talento femenino.

En esta fecha especial, la Sociedad Rural de San Justo reconoce y celebra la labor de todas las mujeres que con su trabajo, esfuerzo y dedicación sostienen día a día la vida y la producción en el campo.