Vanesa Padullés, presidenta de Coninagro Córdoba, reflexionó sobre el futuro del cooperativismo agropecuario.

 

En el marco del Día del Cooperativismo Agropecuario y el Congreso Internacional de Cooperativas y Mutuales, la presidenta de Coninagro Córdoba, Vanesa Padullés, instó a reflexionar sobre los desafíos que el sector enfrenta de cara al futuro.

Padullés destacó la importancia de las cooperativas como motor de desarrollo local y se preguntó si el sector es capaz de transmitir sus valores a las nuevas generaciones. 

“¿Somos capaces las cooperativas de transmitir de generación en generación los valores y principios cooperativos que desde hace más de 100 años llevamos a la práctica?”, cuestionó.

La dirigente hizo hincapié en la necesidad de mejorar la comunicación tanto con la sociedad como con sus propios miembros. 

Subrayó que las cooperativas deben seguir siendo “una red de contención, de unión, de impulso” para sus productores, ofreciendo un modelo asociativo que permita a los pequeños y medianos productores “escalar, agregar valor y, sobre todo, ser competitivos en este mundo actual”.

Para Padullés, el principal desafío es lograr que las cooperativas continúen siendo una parte activa y relevante del sistema productivo, desarrollando su potencial en un entorno que demanda constante adaptación.

Un poco de historia

Cada 12 de agosto, Argentina celebra el Día del Cooperativismo Agropecuario, una fecha que recuerda la fundación de la primera cooperativa agrícola del país.

La Ley 26.271, sancionada en 2007, estableció esta conmemoración en honor a la Primera Sociedad Agrícola Israelita Argentina, creada en 1900 en la colonia Lucienville. Un grupo de colonos judíos se organizó para enfrentar plagas, malas cosechas y condiciones desfavorables, demostrando el poder de la acción colectiva.

Esta iniciativa no solo marcó el inicio del cooperativismo agrario en Argentina, sino que también sentó las bases para su expansión como una fuerza social y productiva basada en la solidaridad y el apoyo mutuo.