Agustín Devia, responsable del Laboratorio de suelo, agua y tejido vegetal de la Experimental, destacó que la iniciativa de articular con Campo Limpio surge a partir de la demanda del territorio de cómo gestionar los envases vacíos de los fitosanitarios que utilizan tanto productores como cooperativas de la zona.
Matías Callat, ingeniero agrónomo y representante de Campo Limpio, explicó que la empresa tiene presencia en todas las provincias. No obstante, en Santa Fe, hace casi dos años que está aprobado el plan que tiene como autoridad competente al Ministerio de la Producción.

Campo Limpio es impulsado a partir de la ley nacional N° 27.279 que obliga a los productores agropecuarios a devolver los envases vacíos una vez que son utilizados. Para ello, se organizan jornadas itinerantes las cuales brindan la oportunidad de acercar los envases. Una vez entregados, la empresa extiende un certificado validado a nivel nacional. Cabe aclarar que por el momento Campo Limpio es el único sistema de gestión de envases vacíos habilitado.

En Santa Fe el crecimiento es exponencial. Según Callat, es la tercera provincia que más vuelca envases al mercado debido a la capacidad productiva de la zona. En el 2024 Campo Limpio realizó alrededor de unos 264.000 kilos de recupero de envases. Las estimaciones indican para este año una cifra similar. La intención es ir creciendo de manera exponencial en relación tanto a la cantidad de jornadas que se van replicando, como así también a la posibilidad de inclusión de nuevos CAT, que son los Centros de Acopio Transitorio.

Responsabilidades compartidas

Al otorgar el certificado donde consta la entrega y recepción de los envases vacíos, Campo Limpio elabora una base de datos la cual permite no solo identificar a los productores sino, además, la posibilidad de contactarlos para futuras campañas de recolección. De esta manera y a través de sus CUIT quedan debidamente registrados.

Según el profesional, la adopción de este sistema por parte del productor viene escalando. Para la ley el productor es el CUIT que compra el envase de fitosanitario que luego aplicará. La responsabilidad del triple lavado o del lavado a presión es del productor. De allí radica la posibilidad de recuperarlos o no. Si el triple lavado se hace de forma correcta, el bidón se recupera y ese plástico es reutilizado. De lo contrario, se dirige a un destino final donde se lo incinera de una manera autorizada y controlada, finaliza Callat.