El evento, que se llevó a cabo en la zona rural de Rafaela, se desdobló en una parte práctica a campo y una teórica bajo una carpa, respetando todas las medidas sanitarias del protocolo anti COVID. En la primera, se realizó una pasada de un avión aeroaplicador y una máquina pulverizadora que aplicaron agua sobre tarjetas hidrosensibles, lo que sirvió para medir la deriva de ambos sistemas de aplicación. Vale aclarar que las aplicaciones aéreas están prohibidas en el distrito Rafaela, por lo que sólo se la utilizó a manera demostrativa.
Derivas del avión y del equipo pulverizador
Una vez más, el avión llegó con un mínimo de dos gotas hasta 40 metros, y el «mosquito» apenas a 10 metros de deriva, ante lo cual, los 1000 metros de prohibición propuestos por un sector político quedaron en evidencia como una verdadera desproporción.
Luego de la ejecución de la demostración, se analizaron las técnicas para una aplicación periurbana eficiente, la gestión de los envases y el uso de los productos fitosanitarios. Más tarde, el tema de la salud y los agroquímicos y las recomendaciones para trabajar en zonas periurbanas, fueron abordados por dos especialistas: el médico toxicólogo Alexis Benatti y Federico Elorza de CASAFE.